Cuando tikitiki encontró a los Amish

8:45 de la mañana. Destino Lancaster, condado de Pennsylvania. Vamos a ver a los Amish!
Antes de recorrer las tres horas de distancia que nos separan de nuestro destino, Amish Village, hacemos una parada técnica y aprovechamos para tomar algo. Una riquísima limonada y un red velvet cupcake increíblemente bueno. Durante un momento he creído estar en el cielo…

Una vez llegamos a la denominada villa Amish, entramos en una casita donde nos explican que tienen un tour en autobús por la zona de granjas de los Amish y luego una visita por la casa museo Amish.

Pagamos y ahí que vamos al autobús. Durante hora y media, nuestra guía y conductora nos va llevando por los caminos, mostrándonos las granjas y contándonos bastantes cosas de los Amish, como por ejemplo, que las bodas se celebran sólo en noviembre y diciembre, para no interrumpir las temporadas de trabajo y en concreto sólo martes y jueves, para compaginarlo con el calendario de misas. Cosas tan habituales como el teléfono o el agua corriente tal y como lo tenemos nosotros instalado, no forma parte de su forma de vida. Algunos tienen teléfono, pero fuera de la casa, en una especie de cabina. Y sólo lo utilizan en situaciones especiales. La conducción de agua funciona con el sistema de vasos comunicantes, a partir de los depósitos de agua que tienen. La ropa es la misma en cualquier época del año y sólo tienen cuatro tipo de trajes, el que visten cuando son niños, el que llevan a misa, lo que visten cuando se casan y lo que llevan puesto cuando mueren. El color blanco sólo se permite a los contrayentes cuando se casan y al difunto cuando le velan y entierran. Las mujeres nunca se cortan el pelo, de ahí la cofia que llevan, para recoger esa impresionante melena! No llevan ningún tipo de adorno… El único adorno que se permiten son los sombreros que llevan, y sólo hay un único modelo, claro. Y los hombres, cuando se casan, tienen que dejarse la barba. Podría seguir contándoos un montón de cosas más y todas igual de interesantes…

La verdad es que con la vida de estrés que llevamos los ingleses (así es como se refieren ellos a los que no son Amish) en algún momento sientes ciertas ganas de vivir esa vida en comunidad con los vecinos, la familia y la naturaleza… Mucho me temo que nuestras almas ya están perdidas y no aguantaríamos mucho sin wifi, smartphones, coca-cola y música… (Y muuuuchas cosas más)
Finalizado el tour, los estómagos avisan que necesitan ser alimentados, así que nos dirigimos a un restaurante que hay cerca de la casa museo, el Katie’s Kitchen. Lo vivido ahí ha sido de otro mundo… Y no porque las camareras fueran Amish, sino por la comida… Mientras nos traían lo que habíamos pedido, nos han servido un panecillo recién hecho en el que hemos untado una crema de cacahuete que… no sabría describir fielmente, de manera que saboreaseis del mismo modo que nosotros lo hemos hecho… el pan, esponjoso, la crema suave y deliciosa… Nunca habíamos comido algo así… Y luego ha llegado EL plato… En mi caso he comido un estofado de ternera sobre pan casero con patatas fritas caseras. Estaba delicioso, magnífico, impresionante!!! La carne en fibrillas y perfectamente cocinada. La salsa buenísima… Me daba pena que se terminara…

Pero ya la catársis gastronómica, ha llegado con el postre que han pedido Noé y Ángel (tikitiki ya no podían más)… Celosas por los comentarios del tipo… «Hummmmm», » ooooohhh», «uuuuuuuhhh»… Hemos probado las tartas de queso y la Apple Pie. La de manzana estaba exquisita, pero la de queso…. No sólo era la mejor tarta de queso que hayamos comido, sino que era LA mejor tarta!!!!
Y con esto y un paseo por Georgetown Street… hasta mañana a las 8, que tenemos que llevar a los segovianos al aeropuerto, que se van a Memphis y nosotras a…
Bsins, RoChi