Tuk Tuuuuuuk

Un karaoke desafinado nos despierta por la mañana. Es la entrada al colegio de enfrente. Los niños se reunen por clases en el patio, en ordenadas filas, y van entrando al son de lo que canta, suponemos, unas de las profesoras.
Tras este despertar inesperado y una ducha de energía, nos compramos un modesto desayuno en el súper de la esquina e iniciamos la andadura hacia la oficina de información. Una vez allí, nos informan de los medios de transporte para ir a la zona del Gran Palacio: bus o barco. Al final, no hacemos ni caso de lo que nos dicen (somos turistas aventureras) y cogemos… Un tuk-tuk!!
Regateamos el precio y… nos ponemos en marcha! Viajar en tuk- tuk es una maravilla… sientes la velocidad en la cara, callejeas, vas más rápido que los coches… Y haciendo una pirula final, para dejarnos en la calle frente al Gran Palacio, hemos dado por finalizado nuestro primer viaje en tuk-tuk del día!

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Seguidamente, una amable señora nos ha cruzado la calle a través del denso tráfico y nos ha indicado dónde comprar las entradas.
Estando en la puerta, un absurdo nos ha dicho que hoy, por ser día de rezo de los monjes, el palacio estaba cerrado y que volvía a abrir a las 4 de la tarde. Asi que hemos dicho… vamos a ver alguna otra cosa mientras…
No hemos andado ni cuatro pasos y nos aborda un tuk-tuk conductor. Nos dice que por 20 Baths nos enseña el Buda de la Suerte, el Buda Reclinado, el mercado flotante… Y dice además, que nos llevará a Thai Center, un sitio donde le dan comisión por llevar turistas a mirar (de ahí que el precio fuera tan barato). Damos el OK y vamos a ver al Buda de la Suerte. Una figura dorada enoooorme, situada en el centro de una zona de rezo.

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En los laterales hay vitrinas que muestran vasijas con las cenizas de gente que ha pasado a mejor vida, y reposan allí.
Hechas todas las fotos y cotilleados todos los rincones, volvemos al tuk-tuk, que nos está esperando junto a un carrito de comida. El conductor nos pide 5 minutos para ir al baño y entonces nos empieza a hablar el señor del puesto de comida. Nos pregunta de dónde somos y en qué trabajamos y nos explica su teoría perfecta para sacarnos gratis la vacaciones. Nos dice que nos compremos unas piedras preciosas a 1000$ la pieza y las revendamos a 4000$ en la oficina… Éste nos ha visto ojitos chispeantes en forma de tarjeta de credito, porque vamos, habla de miles de dólares como de palomitas…
El conductor vuelve y entonces comienza el horror… Nos lleva al Thai Center, que resulta ser una tienda de… (hasta aquí puedo leer). Tras una dura y encarnizada lucha, donde parece que la vendedora termina el regateo final cabreada, hacemos una comprita y las sonrisas nos rodean y nos agradecen la compra con una botella de agua fría para cada una. Primer round ganado.
Volvemos al tuk-tuk y hacemos una segunda parada y sigue siendo para que hagamos compras. Esta vez se trata de una sastrería. Negocios que llevan en su mayoría indios. Entramos, hacemos un poquito el paripé y nos largamos. Y es entonces cuando el conductor nos cuenta el truco… le dan un cupón de 5 litros de gasolina, cada vez que lleva turistas. Nos preguntas si tenemos tiempo para ir a más sitios. Le decimos inocentemente que sí y… a cuatro sitios más que nos llevó. Una tienda de recuerdos, otra sastrería donde nos sientan para mostrarnos revistas de ropa y dos joyerías. Una donde nos sorprenden hablando en español y vemos cómo pulen las piedras y otra que parecía rescatada del jurásico. A cada una nos perseguía un vendedor con alguna tara (la de Rebe andaba totalmente inclinada hacia un lado y el mío estaba p’allá). La verdad es que daban penita, sobre todo cuando, desesperados por vender, el hombrecillo se ha puesto a croar como una rana, amenizado por la figurita de madera de la misma. Pero qué le vamos a hacer… No somos una ONG…
Hastiadas de tanto centro de compra, le hemos dicho al conductor que nos llevara al Buda Reclinado. Y nos ha dicho qué tal nos parecía ir a coger un bote para ver el mercado flotante. Le hemos dicho que sí y ahí ha empezado su viaje loco hacia el embarcadero. Incluso durante un rato hemos recorrido la calle en dirección contraria para avanzar entre entre el tráfico. De pronto se ha metido en una estrechs callecita y nos ha indicado, el que parecía un embarcadero clandestino, para comprar el ticket el bote. Cuando nos ha dicho que el precio eran 800 Baths por persona, nos ha entrado la risa… y le hemos ofrecido 200. Hemos conseguido bajar a 400 pero no a 200, así que nos hemos ido.
El conductor, que por supuesto recibe comisión de esto, nos ha dicho que él podía hablar con ellos en thai y regatear, pero nos decía que lo de 200 era imposible. Al final le hemos dicho que no queríamos el bote y que nos llevar al Buda Reclinado.
Una vez aparcados frente al recinto del Buda, nos ha dicho «finish». Vamos, que ya no era más nuestro amigo y que hasta aquí había llegado nuestra amistad. Le pagamos y comenzamos a andar entre puestos de comida, recuerdos, ropa… Y llegamos al embarcadero, donde comemos una rica comida thai, a la vista de nuestro próximo objetivo: el templo Arun.

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Una contrucción impresionante, a la que se puede subir a gran altura y donde hemos sentido el vértigo por nuestras venas.

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De vuelta a la orilla del Gran Palacio, vamos a ver el gran Buda Reclinado. Y en verdad es graaaaande, grande: 45 metros de buda, alegremente tumbado.

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Antes de seguir recorriendo los edificios de alrededor, vamos a recoger nuestra botellita de agua de regalo con la entrada, y una vez apagada la sed… seguimos admirando y fotografiando los edificios.
Vistos ya los budas del día, vamos en dirección al Gran Palacio y… sorpresa! Lo que nos había dicho el absurdo del principio, no era cierto. Cierran a las 3 de la tarde… Buaaaaaaaa! No importa… tras odiar durante un momento a semejante personaje, buscamos un nuevo lugar que visitar: Khao San Road. La zona de mochileros por excelencia. Comenzamos a andar pensando que estamos cerca pero nuestros piececillos agotados sólo gritan tuk- tuuuk, tuk- tuuuuk. Les hacemos caso a los pobriños y conseguimos uno que nos lleve por 40. Pero el muuuuuuy… nos la juega y nos hace creer que nos deja en la calle que hemos dicho, cuando en realidad todavía nos queda un caminito por hacer.
No importa, aprovechamos el camino para comparar precios de excursiones y decidimos descartar por completo la excursión a Kanchanaburi y su Templo de los tigres. Sólo la entrada al templo, son 600 Baths. Los monjes nos trabajan y este el medio que tienen para costear la alimentación de los tigres… O eso dicen… porque después de haber visto a un monje con su iPad y a otro con 2! móviles…
Ya en Khao San Road, recorremos la calle y nos quedamos un poco decepcionadas. Parece un simple mercadillo, que ni siquiera tiene la vidilla de un Rastro de Madrid. Sólo salvable, quizá, por un par de carritos de suculentos bichitos…

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Ya cansadas, necesitamos volver al hotel, para ducharnos y retomar energías. Sobre todo ducharnos, después de haber entrado en un baño- letrina donde tenías que pagar 5 Baths y quitarte el calzado… Lo sé… asquerosillo total. Creo que ya hemos pillao de tó.
En fin, ducha a fondo y… ahora qué? Quizá un masaje de pies?
Besines!

Rochi

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P.D. Sí, ha habido masaje thai para Rebe y masaje de pies para mí. Y sí, nos han vuelto a dar de leches…

4 pensamientos en “Tuk Tuuuuuuk

  1. Vaya día completito; parece que los días ahí son semanas; en un solo día recorreis infinidad de monumentos, comercios, calles, regateais y no comprais… en fín una odisea a tener en cuenta.
    Eso del tuk- tuk es una maravilla. El puesto de insectos para comérselos, los masajitos bien ideados.
    Lo que menos me gusta es lo de los WC, no sé yo la limpieza… seguro que no estarán muy bien acondicionados.
    Las fotos preciosas y los Budas bien alimentados.
    Bueno a descansar para mañana comenzar otro itinerario.
    Un montón de besos.

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  2. Ufff, qué mareo solo de seguir vuestra rodadura con los tuk-tuk.
    Y cuánta compra, regateo, negociación con el conductor… me imagino yo alli buscando desesperado ECI, jeje.
    Desde luego no se puede decir que no estéis haciendo inmersión thai.
    Qué majos los Budas… que si de pie, que si tumbaos, que si mirando parriba… Ya quisiera la Kate Moss modelar así de bien.
    Y qué bonitos los templos, y el tiki-tiki recién pintado, y las casitas… y qué vertigo las escaleras, ¡lo peor sería bajar!
    No vais a Kanchanaburi por los 600 bath (15 euritos) o porque os da un poco de mieditis? Bueno, quizás en otra visita porque os veo con ganas de volver.
    Ahora despues del masaje-paliza y de hacer vuestros blogdeberes, que os agradecemos un montón, descansad y recuperad fuerzas para otro ajetreado día en Bangkok.
    Muchos tikibesos, Oto

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  3. Jeje, vender algo a las compañeras de Soporte, no lo veo, si estuviera yo todavía por alli, a lo mejor.
    en cuanto al masaje estoy empezando a sospechar que os gusta que os peguen. Habeis leido 50 sombras ….
    Carmen

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